RUTA NEGRA
He aquí
las consecuencias del hastío abierto
para esas banderas
que asoman bélicas al mundo.
Atroz desconsuelo
Que es solo la punta del iceberg
Y de esta permisible crisis aborrecible.
Indómitos rugen ya los tambores,
y con ellos,
la inexorable incertidumbre de los vivos.
Sobre vuela el miedo,
y sus garras,
-atiborrada su panza de terror metálico-
ya campea a sus anchas sobre los débiles.
Navegando a través de ése mar
que jamás se cansa de la misma historia.
La “Ruta negra”
ya está marcada a lápiz.
Trazada macabramente en su destino.
Ya es cuestión solo
de que estalle el polvorín asesino
y convertir los pueblos nuevamente
en cenizas y polvo.
¡Oh imbéciles
refutaréis la predicción de Einstein!:
Llegar a que las próximas proclamas
y las banderas que asomen de nuevo bélicas
sean ya de palos y piedras.
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