lunes, 4 de marzo de 2013

AL PROFESOR ESPINOSA GÓMEZ


                                 SONETO


Cuando yo por entonces cosechaba ceros
y el aula al unísono bien se alborotaba,
el maestro, cual Sócrates de ceños punteros,
solemne y tácito por la puerta entraba...

"Papel y bolígrafo"...- siempre él exclamaba,
dejando su máquina, tabaco y el mechero;
mientras nadie en aquel lugar hablaba
por temor a su atención de arduo acero!

Más con su voz grave a todos deleitaban
cuando con pláticas sencillas se dirijía
aquellos que le observábamos con atención.

De sintaxis y de otros temas nos explicaba;
de todo, menos de versos y poesía
pues ya de eso llevábamos muchos en el corazón.

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