Marmórea fuente
sublime,
fuente del que
brota el agua;
testigo mudo fuiste
cuando el verso
llamaba
a aquél corazón
perdido
por la fría
madrugada.
Verso no
correspondido,
verso sutil en
la espera;
aquel siempre
enrarecido,
aquel visto por
tus piedras
y en el cual
quedó dormido
todo amor de
primavera.
El de la bella
diosa a él ofrecido
-al murmullo de
tus crisálidas perlas-,
y en cuyo brocal
sigue aún sumido
el llanto mudo
del poeta.
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